miércoles, 28 de octubre de 2009

EBRO 1938 EN TARRAGONA



30 de octubre de 2009

Librería La Rambla

Rambla Nova, 99

(Tarragona)

19.30 horas

Presenta Josep Sanchez Cervelló

EBRO 1938 EN MADRID



EBRO 1938 EN MADRID
29 DE OCTUBRE

Presenta Mercedes Gil Garcia

Ambito Cultural - El Corte Inglés

Calle Serrano, 52

7a Planta


¡¡¡Os esperamos!!!

domingo, 18 de octubre de 2009

EBRO 1938 EN ZARAGOZA


Viernes. 23 de octubre de 2009.
Àmbito Cultural - El Corte Inglés
Paseo de la Independencia (Segunda Planta)
Zaragoza
19.30 horas
Presenta Santiago Morata

miércoles, 14 de octubre de 2009

RESEÑA DE EBRO 1938 POR LUIS VEA GARCÍA



Rubén García Cebollero ha escrito un libro profundamente triste pero a la vez enormemente vital. Rubén habla de los que no pudieron y a los que no les dejaron vivir, de esas vidas desperdiciadas en una contienda, de la inutilidad de la guerra. Y también de esa estúpida Europa que dejó que una generación se perdiera en un campo de batalla.

Rubén García Cebollero (1975) debuta en la novela con una historia que remuerde conciencias y que mordisquea los higadillos de los que ahora pretenden hacer una revisión de la historia tras ver Raza y no les reconcome la conciencia intentando ocultar la relación entre el Franquismo y el advenimiento del Nazismo. Y, seguramente, Rubén, no habrá deparado en que después de leer su historia uno se vuelve profundamente antieuropeo, porque desentraña todo el estiercol de las actuaciones de países tan "profundamente" democráticos como Francia e Inglaterra.

Por eso la novela de Rubén no es sólo que sea una buena novela, una gran novela -si me lo permiten-, además es muy oportuna para entender el advenimiento de una nueva generación de neofascistas. Pero la novela de Rubén García Cebollero no es solamente eso, además esconde un sinfín de vidas reales, de las que tienen nombre, de las que no hace falta imaginar, de juventudes perdidas y jamás recuperadas y también, para atizar a todos lados, demuestra la ingratitud de los que, devuelta la democracia a España y llamándose de izquierdas, no han sabido y no han querido recordar el sacrificio de una generación, de toda una generación y han mirado hacia otro lado.

No es hora de homenajes, es hora de dignidad y Rubén despedaza acción a acción y palabra tras palabra -y las palabras duelen, e, incluso, hacen llorar- la realidad vivida, la realidad no siempre ni entendida ni contada ni estudiada. Muchas veces oculta, otras tantas sublimada, incluso recreada y vendida desde el estranjero por relatos de otros que luego han sido considerados como grandes de la literatura como Hemingway.

Pero Rubén es más un Arturo Barea, es más un eslabón secuencial de quien ha heredado el pellizco de la guerra y ha tenido la inquietud de contarla, no sólo desde el punto de vista de vencedores ni de vencidos, también desde el punto de vista de adónde nos llevó, de las ilusiones que se perdieron en el camino. En eso no hay ni vencedores ni vencidos, algo que ya había leído a Barea.

Rubén es mucho más crudo y para ello no evita mancharse, ensuciarse, utilizar toda la violencia verbal de la que es capaz para recrear con realismo qué ocurrió en aquella batalla, en aquella larga batalla del Ebro. Y lo hace de maravilla con una puesta en escena que cambia constantemente de punto de vista, que rueda de personaje a personaje, personajes que son ya tan de carne y hueso como nuestros vecinos.

Rubén consigue algo más que una novela coral, consigue que la guerra hable por sí misma, a veces abusando de la enumeración, desasosegándonos constantemente, no dejándonos respirar ni un minuto para caer en el más cruel de los abismos donde incluso los amores se extinguen y las desgracias perduran por generaciones.

Rubén nos abandona a un texto emocionante, triste y a la vez un canto a vivir y a revivir la generación que no pudo hacerlo. Rememorando la historia de Maik, una de aquellas que se clava en la memoria de uno y que permanece, o la de Basilio y su correspondencia que jamás llegará a su destino.

Rubén nos vence con una narración que, además de no dejarnos respirar, nos conduce a revivir las desgracias de bombardeos, de metrallas, de pontoneros, de libertades traicionadas, de engaños furtivos de uno y otro lado, de mentiras, de derrotas, de fines, de historias que perduran. Y, sin embargo, cuánta ternura esconde la narración, cuánta delicadeza, cuánta lágrima derramada.

Rubén Garcia Cebollero descubre en la fiereza del paisaje destruido, en la desgracia de las vidas que no se vivieron la belleza de una narración serena, profunda y bien llevada.

Luis Vea García.

martes, 13 de octubre de 2009

RESEÑA DE EBRO 1938 POR VICENTE TORRES



Pensar que la guerra tiene vencedores no es del todo real. Esta es una de las ideas que se obtienen tras la lectura de este libro. Al conocer de cerca las inquietudes de quienes poblaban las trincheras, se percibe la realidad de las cosas. Y es que Rubén García Cebollero, en un intento tan poético como permite la guerra, cuenta la batalla del Ebro despacio, deteniendo el tiempo a veces, poniendo a los combatientes frente a nosotros, los lectores, con sus circunstancias, con su sed (algunos meaban en sus cantimploras y cuando se enfriaban bebían su orín), con su miedo.


La batalla se va librando en diferentes lugares, que se adivinan paradisíacos, por la cercanía del río, por la altura que van alcanzando, por las escarpaduras que se describen, y sobre esos paisajes caen las bombas, trayendo la muerte y la desolación, las arboledas son pasto de las llamas, el río parece llevar más sangre que agua, el hedor que desprenden los muertos llega a todas partes. Los chinches y los piojos campan a sus anchas.


En la novela no faltan las historias de amor (que en este caso no tiene más remedio que ser verdadero), rotas por los acontecimientos, en algún caso porque la guerra ha matado a los protagonistas, o parte de ellos, y otros porque los separa de forma irremediable y aunque se busquen no tienen modo de encontrarse.


Por lo menos, 17000 personas murieron en la batalla del Ebro y 75000 resultaron heridas. Son cifras que hablan por sí solas de lo encarnizado de los combates. Enrique Líster amenazaba con ajusticiar a aquellos de sus soldados que habiendo perdido un palmo de terreno no lo recuperasen inmediatamente. Este era el día a día de unos jóvenes, a veces imberbes, que se vieron abocados a una guerra sin sentido, de cuyas secuelas no se iban a recuperar jamás.


En la novela se adjuntan notas del gobierno alemán, fechadas a finales de 1938, en las que se reconoce que sin ayuda es imposible que las tropas de Franco resulten vencedoras. Se plantea también la pregunta, y probablemente no está fuera de lugar, acerca de lo que hubiera ocurrido en el mundo de haber sido otro el resultado de la guerra española. ¿Habría tenido lugar la guerra mundial?


Vicente Torres

sábado, 10 de octubre de 2009

INVITACIÓN A LA PRESENTACIÓN EN BARCELONA DE EBRO 1938 EN BARCELONA



El próximo viernes 16 de octubre de 2009 se presenta EBRO 1938.


Lugar: Librería Bertrand (Rambla de Cataluña, 37)

Hora: 19.30

Presentador: Luis Vea García


¡¡¡Estáis tod@s invitad@s!!!



Aquí os dejo entrevista publicada en Letras (Fuengirola)/ nº15 /año 09/ octubre/ http://www.alvaeno.com/letras.htm Página 8

Entrevista a Rubén García cebollero, autor de Ebro 1938 Por Salvador Moreno Valencia
Hace unos años paseando por la orilla del Ebro a su paso por Zaragoza, me llamó la atención un hombre sentado con los pies hacia el río en uno de los puentes que atraviesan el curso del mismo. Era un puente moderno, de esos que parecen mantis religiosas dispuestas a devorar a sus machos tras la cópula. Me acerqué y en tono irónico le dije que no se tirara, que si tenía intención de suicidarse lo hiciera en otro lugar, o al menos esperase a que yo no estuviera presente. El tipo sonrío y me miró con suspicacia, y dijo que no pretendía acabar con su vida, pero que sí quería escribir sobre La Batalla del Ebro que a lo peor, dijo, es incluso más grave que el suicidio, escribirla, aclaró. En unos instantes estuvo de pie delante de mí. Un hombre alto, fuerte, con facciones bien armonizadas,ojos oscuros, tez morena… Podría ser este encabezamiento real, pero no lo es, sí lo es, sin embargo, el hombre que en él se describe, Rubén García Cebollero, un escritor natural de Vilanova i la Geltrú, y que tiene en su haber algunas menciones y premios tanto de novela como de poesía. Y para saber algo más sobre él, sobre el hombre, sobre el escritor, sobre su obra voy a hacerle unas preguntas. No se llamen a engaño, esta entrevista es vía e‐mail, aunque podíamos haberla realizado, por ejemplo en el Castillo de Miravet a cuyos pies tomó Robert Capa la foto de los soldados cruzando el Ebro.
Salvador Moreno Valencia: ¡Hola Rubén! Tu novela Ebro 1938 se presentará en octubre, pero llevas todo el verano con la promoción, ¿el tema de la guerra civil ha sido un buen filón para los escritores en estos últimos años?
Rubén García Cebollero: En plena guerra civil ya se escribieron grandes obras, como Valor y miedo, de Arturo Barea, o los cuentos de Rodoreda, o las crónicas de Hemingway, y desde entonces si se ha tratado la guerra civil es por muchos motivos,pero en mi caso no pensaba en filones ni en promocionar nada, sino en contar la historia de una batalla que marcó muchas vidas, y en la que confluyeron muchas emociones, ideas y esperanzas.
SMV: ¿Un homenaje a aquellos hombres y mujeres que lucharon en ella?
RUGAC: Es un homenaje a quienes lucharon en ella, y a quienes la padecieron, fueran del bando que fueran, y esperaran lo que esperaran de la guerra. Necesitaba comprender el odio que rebosa la guerra civil y que, por desgracia, causó heridas de difícil cauterización.
SMV: Para escribir la novela has debido investigar mucho, ¿cuánto tiempo te llevó escribirla?
RUGAC: Empecé en 1998 y, tras varias versiones, la presenté al Premio Planeta en 2004, donde fue finalista. No acababa de estar satisfecho y la estuve revisando hasta el 2008. Como decía Borges, los textos a veces no se terminan, se abandonan. Esta novela es un texto sensible, que iba más allá del corazón o de los números, y que representaba mucho más que otras obras que he escrito. La investigación con bibliotecas, lecturas, librerías de viejo, entrevistas, películas, documentales, canciones y demás ha sido una parte de mi vida, y lo sigue siendo, que espero sirva para preservar algo de la memoria histórica en favor de la paz.
SMV: ¿Hay algún motivo especial que te haya llevado a escribir sobre La Batalla del Ebro, a parte del histórico?
RUGAC: Sí, lo explicaba en ebro1938.blogspot.com, y la idea nació en 1998, en el 60 aniversario del paso del Ebro, al recordar una historia del bisabuelo, que combatió allí, que mi padre me explicaba. Algo sencillo: no podían fumar por las noches, porque el punto de luz del cigarrillo, en las trincheras, servía al enemigo para apuntar, disparar y matar. Era una estúpida forma de morir, y una muestra del odio que lo cegó todo.
SMV: ¿Son héroes o mártires los protagonistas de Ebro 1938?
RUGAC: Ni una cosa ni la otra. Y ambas cosas a su modo. En toda guerra hay actos heroicos, y en toda guerra hay mártires. Los protagonistas son personas de papel, o personajes de carne y hueso, según se mire que interactúan en un plano histórico real, y en un tiempo concreto, pero proyectado hacia el futuro, hacia la paz, y hacia el respeto.
SMV: Cuando se escucha Ebro, se suele relacionar con Zaragoza, por desconocimiento, evidentemente, de las tierras por las que cursa el río, ¿cómo es el Ebro que tú conoces?
RUGAC: El Ebro que conozco incluye también Zaragoza. De hecho hay un recurso técnico que proviene de la obra “Zaragoza”, de Galdós, y que venía a ser el reflejo de lo que el río provoca en mí: el Ebro somos todos. Cada vez que cruzo el Ebro, sea por el puente que sea, o en barcaza, no es lo que conozco sino lo que siento lo que cuenta, lo que respeto, lo que impresiona. Me siento como el viejo en el puente del cuento de Hemingway.
SMV: En 2004 fuiste finalista del premio Planeta de novela con La batalla de la Tierra Alta, bajo el título de Frente del Ebro 1938, ¿por qué dejas pasar tanto tiempo para que la novela sea editada?
RUGAC: Editar para mí no es tan importante como escribir. No escribo para ganarme la vida, así que el tiempo es relativo en la carrera literaria. Empecé a guardar parte de lo que escribía a los catorce, y nunca me he puesto fechas, aunque sí previsiones. Ahora, por ejemplo, estoy acabando una trilogía sobre almogávares, y pronto se publicará la primera de las tres novelas. Con EBRO 1938, en su momento, otras editoriales pudieron publicarla, aunque no les interesó, y a mí no me interesaba cambiar la historia para hacerla más comercial. Siempre he preferido ser fiel al respeto que cada obra merece. Hoy en día, en la estela de las “operaciones triunfo” y demás parece que el tesón, la paciencia y el esfuerzo no cuenten, pero la naturaleza sabe que todo tiene su ritmo, su porqué y su momento.
SMV: Escribes desde los catorce años, ¿eres un intelectual precoz?
RUGAC: Más que precoz diría tenaz, y más que intelectual, inquieto, curioso e inconformista.
SMV: ¿Entenderías el mundo si no escribieras?
RUGAC: Escribimos para entenderlo pero el mundo si no escribiera, para mí no sería el mundo. Escribir es manera de mezclar el conocimiento y la comunicación para, al menos, intentar desvelar algún misterio, algún atisbo, alguna razón que nos permita ser mejores, vivir mejor, o hallar un mínimo consuelo ante la muerte.
SMV: ¿Actor en los ratos de ocio?
RUGAC: Sí, de cortos y de teatro (Katharsis Teatre) pero más por amistad que por vocación. Uno debe ser el primero en reconocer qué se le da bien, y qué no, y debí perderme algunas clases de ocio de Barrio Sésamo, así que supongo que debo ser uno de los peores actores, sino el peor, que conozco. Lo que pasa es que, rodeado de buenas actrices, como es el caso, cuesta mucho que se note.
SMV: ¿Con cuál personaje de Blade Runner te identificas?
RUGAC: Uff… menuda pregunta. Si hay que optar entre ser un replicante o un humano, prefiero ser el personaje de Deckard (Harrison Ford) aunque la frase que más me gusta es la de Roy, antes de morir.
SMV: ¿Harry el sucio?
RUGAC: Clint Eastwood es un excelente actor, con algunas películas no tan buenas, pero si tengo que escoger entre sus trabajos antes que Harry prefiero a Josey Wales (El fuera de la ley) en la guerra civil americana.
SMV: ¿Qué harías para acabar con las diferencias sociales?
RUCAG: Hacerme presidente del gobierno, pero no sé quién me convencería porque, por desgracia, sabría bien qué hacer y, por desgracia, quienes suelen acabar mandando no son nunca quienes deberían, sino quienes parecen los mejores entre los menos malos. He estudiado Derecho, Humanidades y aún he de acabar Publicidad y Relaciones Públicas, y seguir estudiando y escribiendo, si puedo, pero las diferencias sociales no pueden acabar por una única persona, sino porque un líder consiga aglutinar un cambio de mentalidad y que valores en teoría buenos, por ejemplo, los cristianos, los marxistas, los éticos se impongan a partir de la sociedad y no al revés.
SMV: Volvamos a Ebro 1938, ¿qué esperas del lector ante una novela histórica como esta?
RUCAG: Espero que el lector busque algo diferente, que quiera leer una sucesión de historias dentro de la historia, que quiera saber, vivir o desvelar algo en lo más profundo de su ser que lo lleve a entender mejor lo incomprensibles que son las guerras, que siempre estamos en manos de una minoría a la que nada interesa la mayoría, y que sólo se vive el tiempo que se ama.
SMV: ¿Eres un apasionado de la literatura histórica?
RUCAG: Soy un apasionado de la literatura, en todos sus géneros. Desde la poesía, para la que nunca suelen correr los buenos tiempos, pero que es la cuna de nuestra civilización occidental, hasta la microficción, el relato y la novela. Como es natural, me apasiona la literatura histórica que, según en manos de quien, puede ser más o menos histórica, y más o menos literaria, y por eso estoy redactando unos apuntes de novela histórica con la opinión de otros/as escritores/as, a los que debo agradecer su generosa colaboración, la experiencia y la buena acogida.
SMV: Rubén te doy las gracias en mi nombre y en el de Letras (Fuengirola), por tu amabilidad al prestarte a responder estas preguntas, te deseo lo mejor con tu libro Ebro 1938, que espero leer con pasión. Una última pregunta, ¿eres de los que nunca se rinden?
RUCAG: Sin duda: soy de los que nunca se rinden. De los que saben que todos morimos, pero que la forma en que lo hacemos nunca dice lo mismo. Y que recuerda a Baroja (si quieres hacer algo en la vida no creas en la palabra imposible), a Cela (el que resiste gana), a Rodoreda (la vida está en los detalles), y a tantos otros para seguir alentando obras literarias que piensen más en el/la lector/a que en las cifras, las fotos y las ventas. Gracias por vuestro interés, y ojalá disfrutéis tanto la lectura de EBRO 1938 como disfruté yo creándola, recreándola y sintiéndola.
http://ebro1938.blogspot.com/

martes, 6 de octubre de 2009

sábado, 3 de octubre de 2009

EBRO 1938. El trailer sin créditos

Aquí tenéis el trailer sin créditos de EBRO 1938.

Mi agradecimiento a: Pau Piqueras Gomez, como actor.

A Xavi, Sergi y Gerard por su trabajo tras la cámara, con las luces, los planos y bajo el sol del 25 de julio en Fayón.

A los miembros de la MHM EBRO 1938 y a todos los participantes en la recreación.

Muchísimas gracias.)

http://www.youtube.com/watch?v=mJt1i6N1APk

EBRO 1938 Un fragmento del libro




Aquí teneis un enlace a un fragmento del libro:

http://www.nowtilus.com/descargas/N_EBRO1938_r.pdf