domingo, 20 de septiembre de 2009

EBRO 1938 La quinta del biberón




La imagen pertenece a "La quinta del biberó. Els anys perduts" de Emma Aixalà, y reproduce la portada del 27 de julio de 1938, de La Vanguardia, en la que el ejército republicano cruza el Ebro.


En EBRO 1938 aparecen también algunos "biberones" que, como explica Aixalà, entre otros/as, iban al frente con la ropa de soldado, la mochila, un cubierto, un plato, un vaso, una manta y un fusil.


A algunos les tocaría dormir bajo la lluvia, a otros tender cables o hacer funcionar teléfonos, tras los gritos de la instrucción, breve: Un, dos, un, dos, media vuelta, izquierda, derecha.


Algunos padecían los discursos políticos de los superiores, o las primeras borracheras con los compañeros.


En La Fatarella recordarían el fuerte olor a vino que desprendían las calles. En la Punta Targa el comisario Portal daría 4 horas a los del Tercio de Requetés para que retiraran a los muertos, y heridos, caídos en las alambradas de Cuatro Caminos.

A algunos se les llagaron las manos por cavar aquell áspera, seca y rocosa tierra en la que costaba conseguir un centímetro, para construir parapetos, trincheras y refugios.


En la calle principal de Corbera había una bodega con enormes tinajas, que algunos visitaban cada día. Otros se deshidrataban en Pandols y Cavalls.


Existen tantas batallas como combatientes hubo. O más. Así que ahora recordaré una que recogía el 25 de julio de 2008, La Vanguardia, en la boca del señor Eudald Vila.


Eudald contaba: "De los 800 miembros de mi batallón, ¡una semana después de cruzar el río... ya sólo quedábamos 350! Lo peor fue el calor, la sed espantosa. El olor a cadáver. Nuestro pánico bajo bombas, granadas, balas... Tomábamos una cota, y éramos dianas. El 24 de septiembre llovían obuses y fuego. Avanzábamos saltando de cráter en cráter. Y una ráfaga separó la cabeza del cuerpo de un compañero a pocos metros. Otro cayó sobre una bomba y su cuerpo voló descuartizado, y sus despojos colgaron de las ramas de un olivo. Oías gritar ¡madre, madre! entre los chicos que caían. Yo sólo he llorado una vez en mi vida: el día que un amigo herido me decía adiós al ser evacuado en camilla. ¡Que solo me sentí allí en aquel momento!".

Hay historias que deben ser contadas. Siempre. Que deben recordar lo inútil que es la guerra. Que deben recordarnos, pese a todo, que hay quien nunca se rinde.

2 comentarios:

  1. Hola,
    Mi padre perteneció a la quinta del biberon y formo parte de la 60 division 84 brigada, batallon 334 y participo en la batalla del Ebro.
    Me gustaria saber como puedo contactar con alguien que posea información sobre los movimientos de este batallon.
    Gracias

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  2. Ofelia,
    con el COMEBE, con las asociaciones o con historiadores...
    Puedes localizarme por e-mail:
    rugaceb@gnmail.com

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