viernes, 20 de septiembre de 2019

Mejor tener abuela....



.... que una buena editorial.

https://youtu.be/1xq7Haud_HY

martes, 9 de septiembre de 2014

Sobre el Manual de cuento. Narrativa breve e hiperbeve







Cuando me planteé el Manual sabía que las opiniones sobre el tema podían ser extensas, y que toda selección sería injusta. Podría haber insistido con Eloy Tizón, con Angel Zapata, con Hipolito G. Navarro, con Sergi Bellver, Oscar Sipán, etc... es decir, con grandes cuentistas, como Medardo Fraile, o con Isabel Lasso pero opté por sólo 3 voces.


Quiero dar las gracias a Ana María Shua. Casi mejor llamarla Ani, porque aunque también debe ser conocida como novelista, y gracias a Juan Casamayor y Páginas de Espuma, podemos gozar de buenas ediciones de su obra en la península, para mí era un honor que una de las mejores autoras de microficción quisiera compartir algunas impresiones.

En el caso de David Roas lo había conocido en los Visor, que organizaba Espina, hace unos años. Mil gracias por la sabiduría.

Mil gracias más a Luis Vea García, que además de preciso poeta, tiene probada lucidez en las distancias cortas, y en el relato breve.

Que me disculpen Luis Sepúlveda, Ricardo Piglia, Andres Newman y una larga lista de amigos y amigas por no haberles molestado, o no haber pensado en molestarles, porque puestos a pedir pido que sigan escribiendo, que alumbren nuevos cuentos, y que las lecturas nos acompañen.)

Mil gracias,)



domingo, 7 de septiembre de 2014

Sobre el Manual de novela. Practica y oficio: escribir novelas

Quiero agradecer las opiniones y gentilezas de Patrick Ericsson, Claudia Bürk, Olivia Ardey, Juan Vilches, Guillermo Galván, Jorge Galán, María Zaragoza, Rosario Curiel y Francisco Narla. 

Cuando me planteé hace años una Manual que hablara de la práctica de escribir novelas, del oficio, quise combinar el criterio de distintas clases de autores. 

Patrick Ericsson, a día de hoy, es el autor (y amigo) al que más veces he adaptado a guión de cine, con Eduardi Rodrigo, aunque por desgracia otra cosa es que hayamos conseguido que se filmen. De ahí que conozca mucho mejor algunas de sus obras quizá incluso que las mías, y al abordar distintos géneros, con buen pulso y sin miedo a las grandes extensiones estaba claro que representaba bien al escritor luchador, que trabaja cada página, que lo apuesta todo y que da al público lo que sueña. El caso del mago ruso, además, nace de un personaje real, de su familia, al que apodaban el Sherlock Holmes español. Mil gracias por ser tan grande.

Claudia Bürk es otro tipo de escritora. La conocí con su primera obra, que reunía cuentos y poemas, algo que había hecho yo con Cuentos y Lorzas en el año 2000, y tras entrevistarla supe que era una novelista, aunque ella aún no se hubiera lanzado. Y se lanzó, y bien. Le presenté, en alguna ocasión, Las nueve ventanas de Jeanne Bardot, y el estilo y el ritmo sorprenden. Se sabe que irá a mejor, de hecho ha ido. Es un talento de una gran belleza, tanto exterior como interior, concienciada con el dolor, propio y ajeno, y con buenas iniciativas sociales. A veces la escritura no sólo cuenta por lo que dice, sino también por lo que intenta. Mil gracias por presentarme, y muy bien, Ebro 1938 en El Corte Inglés.)
 
Olivia Ardey escribe un tipo de novelas, de género, que a mí me costaría Dios y ayuda intentar, o eso creo. Tuvo la gentileza de ofrecerme su opinión, y su éxito en la literatura romántica es evidente. Mil gracias por alimentar corazones y almas.

Juan Vilches es abogado, y por tanto transita el mundo del derecho, como yo. Había escrito Te prometo un imperio, y no sabía si querría compartir su experiencia, pero quiso. Si la novela engancha quizá sea porque Juan va al grano, y sabe qué reflejar de la época. Mil gracias por la concisión.)

Guillermo Galván es un todoterreno. Podría haber pensado en él sólo para el Manual de novela histórica, que no acabo de acabar nunca, pero me parecía un buen ejemplo de escritor que transita diversos géneros, aunque a mí me enganchó con la novela histórica, y con Sombras de mariposa, y eso que los visigodos no es que me llamen mucho. Mil gracias por estar al pie del cañón.)

Jorge Galán es un buen ejemplo del poeta que tiene alma de novelista. No sé si eso me pasó a mí, que de la poesía he ido saltando a los cuentos, las novelas y los guiones, pero me pareció que su ejemplo con La habitación al fondo de la casa valía la pena destacarlo. Mil gracias por la sencillez.)
 
María Zaragoza había ganado el premio ateneo joven de sevilla, como novelista, aunque no era la primera que conozco, creo que podría haber pensado en Vanessa Montfort, por ejemplo, pero sí era un tipo de escritora de los que seduce con fuerza. Quizá podría haber pensado en ella para el Manual de novela negra, por la intriga policíaca de Dicen que estás muerta, pero pensé que tenía ese punto más que da el intentarlo con el comic, o con el cine. En cualquier caso, mil gracias por las sensaciones.)

Rosario Curiel es una escritora lleidetana que aúna belleza con una mirada peculiar, y que además de haber sido finalista del Fernando Lara y del Nadal, se había tomado su tiempo para crear sus novelas. Su trato no puede ser más amable ni exquisito, y espero que con Subway placebo nos adentre en las posibilidades de la felicidad. Mil gracias por la persistencia.)

Francisco Narla es un escrito de éxito, y un ejemplo de constancia, trabajo y vocación. No son novelas fáciles las suyas, y con Ronin demostró no temer ni extensiones ni temas. La novela histórica (doy fe) nunca es fácil de construir, exige mucho, pero Narla no es sólo novela histórica. Mil gracias por la obra.)

En resumen, mil gracias a todos por apoyar el Manual de novela.  

viernes, 5 de septiembre de 2014

Sobre el Manual práctico de Novela Negra









Quiero agradecer las opiniones directas de los escritores y escritoras que me han acompañado en el estudio del género. Es obvio que algunos otros, y algunas otras, al final no ha podido estar de la misma manera, pero de los que estuvieron...
 
A Angelique Pfitzner la había presentado en Barcelona. Por desgracia la Librería de Les Punxes donde hablamos sobre Compulsiva obsesión ya no existe, pero estoy convencido que si sigue la línea que apuntaba su primera obra dará muchas alegrías al género.

A  Raúl Argemí lo había conocido hace años en un Visor de los que organiza el incombustible Espina, en el Vendrell, donde también estuvo el maestro Gonzalez Ledesma. Su colaboración fue tan generosa como vasta y llamativa es su obra.

Con Verónica García-Peña y con Clara Peñalver agradezco poder mostrar voces femeninas no siempre tan conocidas o aireadas, con ese pálpito de que van por el mejor camino.

He de reconocer que disfruté mucho con la entrevista personal con Dani el Rojo. Charlamos en un bar de Barcelona, y seguro que recogí mucho menos de lo que contó pero auguro que con Yolanda Foix y el personaje del Tiburón darán mucha guerra. A mí, en particular, me gusta más la primera de las 2, quizá porque la estructura de La venganza y su ritmo me parecen más conseguidos, pero la idea de El secuestro de la virgen negra no tiene desperdicio. Así que mil gracias por la colaboración.

Con Rene Roicher compartimos el gusto por los booktrailers, y el mundo Kindle. Me gustaría decir que nos alumbra la misma Cruz del Sur, pero una voz femenina e incipiente se agradece.

Con Carmen Posadas me sorprendí. Me apetecía incluir su opinión por Invitación a un asesinato, pero pensé que no podría ser. Debo decir que no sólo pudo ser sino que las mil gracias se multiplican por la dulzura y sencillez del trato.

Lo mismo pensé con Ernesto Mallo, pues tiene un estilo de los que me gustan y además fue muy didáctico en sus aportaciones. Mil gracias por su sabiduría.
 
Ni que decir tiene, por la familia oscense, que Esteban Navarro me ilusionó mucho. Cada autor tiene su mundo, y para mí tiene mérito presentar a Huesca, la noche de los peones, y el mundo criminal aragonés como él ha hecho. No pudimos charlar en persona, pero todo se dará.

Y otra agradable sorpresa fue José Javier Abasolo. Hay que quitarse el sombrero por Una del oeste, pues la idea de mezclar una cosa y otra parecía descabellada, aunque a mí me había ganado en la primera página, tan sólo al ver Laramie... y pensar en películas y otras novelas, aunque fueran de otro género. Mil gracias por aportar la experiencia y el aliento norteño.

Y llegó el sur, y el sorprendente Alexis Ravelo. Pensé en él por Andreu Martín, y Carles Quílez, a quienes claro está también me hubiera gustado incluir, pero ha habido muchos otros autores, como Silva, Ledesma, etc, que están a partir de otras obras o entrevistas. Leí las novelas de Alexis Ravelo que pude encontrar, en papel (debo reconocer que a mí me cuesta leer en digital), y su amabilidad en las respuestas confirmó su talento sobre el blanco y negro. Mil gracias por mantener la fe, pese a lo duro que es (quien lo escribió lo sabe) alentar la novela, contra viento y marea.

Y si hay que hablar de cuatro manos, pues aparte de Andreu Martin y Carlos Quilez, no me quitaba de la cabeza la portada de una novela de Empar Fernandez y Pablo Bonell. He de reconocer que hay gente que te gusta aunque no sepas porqué, y eso me ha pasado desde siempre con Empar. No sabía si querrían colaborar, pero quiero dar otras mil gracias por la felicidad de sus respuestas.

Y ya que había pensado en Huesca, no podía olvidarme de Zaragoza y de Ricardo Bosque, con su Manda flores a mi entierro, y el resto de novelas. Mil gracias por perseverar.

Y puesto que el azar es generoso, a mí que me había dado por tratar el tema de la corrupción en La voz del abogado, me pareció un lujo la primera novela de  Francisco Sempere, 36 metros bajo tierra, aunque le sorprendió que llegara en su busca, mil gracias por la atención.

Y del incombustible José Luis Muñoz se puede escribir todo un Manual. Su dilatada trayectoria habla de su tenacidad, y te arrastrarás sobre tu vientre me resultó una buena muestra de género. Mil gracias por mucho más de lo que puedo devolver.

Y llegamos al arriesgado Jon Arretxe. Si la novela negra tiene algo de social, con Jon la S es mayúscula. Sus personajes son una bofetada que viene a dar visibilidad a quienes no suelen tenerla. Lástima no saber vasco para leerlas en su original, pero mil gracias por la generosidad y por la valentía en cada obra.

Y por último, pero no menos importante, a don Fran Santana. Pude leer su novela antes de que la publicara Ediciones B, y espero sus próximas con la seguridad de que si resiste, ganará. Su historia es de por sí una novela, y aunque podría no ser imparcial (la hemos adaptado a guión de cine con otro amigo guionista) apunta a muchas satisfacciones para los lectores y las lectoras del género. Mil gracias por todo lo que él sabe, y mil gracias a todos los y las que seguís el género, en cualquier parte del mundo, porque aún queda mucho que escribir...

En unas semanas estará disponible en Createspace la versión en papel.

Un abrazo,

Ruben G. C.

jueves, 13 de marzo de 2014

Sobre Panzer Chocolate, la novela (II)






¿Por qué la escribiste en inglés?

La película se rodó en inglés, con un gran trabajo de todo el equipo y me apetecía afrontar la escritura. Lo que sucede es que después ya se sabe que el traductor es un traidor, y mucho más si es autor. Cada idioma tiene su magia, sus resonancias y su tiempo.

¿Qué te parece Mel M. en el papel de Julie?
Está espectacular. Melina Matthews como Julie Levinson es todo un acierto, aunque también Ariadna Cabrol como Rask, Tony Corvillo como Joe, o Mark Schardan como Micky. Aunque me encantan Geraldine Chaplin como Frau Frida, y Josep Seguí como Von Juntz, en dos personajes nada fáciles pero que destacan por el carisma y la personalidad que ambos actores desarrollan, con un magnífico trabajo, y ese tipo de presencias que devoran la cámara, e impresionan al espectador.

¿Por qué el horror y el misterio?
La segunda guerra mundial sigue ahí. Este 2014 se conmemorará la primera, y sus atrocidades, pero lo que significa la segunda gran guerra escapa de cualquier balance o análisis. De ahí que desvelar un misterio siempre resulte interesante, y por otro indagar en los miedos de los personajes, intentar que quien te lea pueda sentir lo que viven, emocionarse, justificaba la incursión en el género. Por lo demás, creo más en buenas novelas y malas novelas, que novelas de uno u otro género.
¿Qué te interesa de la narrativa transmedia?
En el caso de la novela era difícil poder ofrecer lo que ofrece la película, desde las aplicaciones móviles, pero al mismo tiempo la imaginación es mucho más poderosa que cualquier imagen. Así que tener finales alternativos era algo interesante. Poder dar peso a otros personajes, como el de Josep Towers, y a otras formas de resolución que se alejan de lo convencional. La narrativa transmedia ofrece a quien lee un mundo diverso. Muchos mundos en uno. Una interconexión que se enriquece, y en la que como en cualquier puzle todo debe estar en su sitio, como cualquier hiperenlace, para que funcione y nos seduzca como buena narració que debe ser.

¿Hay alguna anécdota histórica real en la novela?
Sí, claro. Tanto el origen de las chocolatinas panzer, como la referencia a las vías de evasión para los refugiados de la segunda gran guerra. Quien me conoce sabe que suelen preocuparme mucho los detalles, porque como decía Mercè Rodoreda, la vida está en los detalles. Y me gusta que las novelas vivan más allá de lo que como autor pudiera soñar, pues las novelas a quien de verdad pertenecen es a quien las lee. A quien les devuelve la vida que nos cuesta. Haya cine o no.)

Panzer Chocolate está disponible en su versión digital en: Kindle
Y en su versión en papel en: Bubok

martes, 11 de marzo de 2014

Sobre Panzer Chocolate, la novela


¿Cómo llegaste a Panzer Chocolate?
Por el cine. Desde Silencio Rodamos me pusieron en contacto con Robert Figueras, de Filmutea, de quien conocía el proyecto transmedia, y tras ver la película decidí escribir la novela, a partir del guión, para crear algo distinto a lo que había y que conformaban el cómic, el videojuego y la propia propuesta fílmica.

¿Es Panzer Chocolate una novela de miedo?
No es fácil una incursión en el género del terror. Y era un reto plantear una novela en la que el miedo es el motor de la acción, y en la que uno sabe que la protagonista se está jugando la supervivencia, como el grupo que la acompaña. Pero es algo más. Creo que toda novela debe emocionar, o al menos intentarlo, y que su éxito depende de la huella que dejan en nosotros sus personajes.
¿Te has divertido al escribirla?
Mucho. Fue fácil conversar con Robert y entender qué dirección tomaría la novela, y qué podía aportar sin ofender a quienes esperan descubrir el universo Panzer Chocolate. La idea de partida, real y histórica, se mezcla no sólo con las chocolatinas de los tanques Panzer, sino con algo de rabiosa actualidad, como son los tesoros robados por los nazis. Bien por su realidad histórica, sorprendente a nivel pictórico. Bien por su versión fílmica en manos de George Clooney. Así que ha sido divertido tanto antes, durante como después. Quise que fuera una estructura diferente, pensada para el mundo digital y que huyera de los corsés de las editoriales tradicionales, y de los agentes convencionales, para no huir de lo esencial: contar la historia y saber cómo contarla.

¿En qué idioma la escribiste?
Aunque el primer idioma en tener edición ha sido el castellano, la escribí en inglés pero la reescribí en la versión española. Espero haber revisado pronto la versión inglesa, y que se publique, y también pronto disponer de la versión catalana, y en otros idiomas.

¿En qué proyectos estás trabajando?
En varias adaptaciones de guiones escritos o coescritos por mí a novela. En la revisión de la última novela de la trilogía de almogávares, que nunca acabo de dar por terminada. En un poemario para compartir por Facebook, y en la revisión de mi último libro de cuentos, titulado No puedes perder siempre. La verdad es que no sé vivir sin escribir. Como decía Plinia, ni un día sin una línea. Ah, y en una novela de la que hablaré más adelante....

Panzer Chocolate está disponible en su versión digital en: Kindle
Y en su versión en papel en: Bubok

lunes, 24 de febrero de 2014

Los niños que ya no sonríen - Fran Santana



¿Qué harías tú por tu hij@?

Los niños que ya no sonríen, de Fran Santana, es la primera novela publicada de un autor que ha llegado, por fortuna, para quedarse.

No se puede decir que el género negro ande escaso de grandes personajes, pero siempre es de agradecer que aparezcan buenas novelas, sean del género que sean.

En este caso, con el paisaje bilbaíno de fondo nos encontramos con Yago, un policía vasco, cuya ex mujer tiene una vida marcada por las adicciones, que recuerda a otros grandes personajes, como el protagonista de Ocho millones de maneras de morir. Sin embargo, acompañar a Yago en este viaje, como el niño que mira por la rendija en la portada, va a llevarnos desde la luz hasta la oscuridad, con pulso, con ritmo, con la decisión de quien tiene algo que contar, y además sabe como hacerlo, y quiere tenernos con el alma en un puño.

Lo más difícil de escribir una novela, y creo que puedo hablar con algo de criterio sobre el tema, no está en enredar la trama, es decir, en coger un hilo y anudarlo mil veces, sino en conseguir que al desenredarlo, como el gesto de un mago, todo cuadre como debe cuadrar, y quien lee cierre el libro con pena, con pérdida, con esa sensación de que si hubiera otra novela más la devoraría con gusto, sin darse cuenta, siguiendo los hilos que el autor nos propone sin que nos demos cuenta.

Y cuando eso sucede da igual el nombre del autor, o el nombre de la novela, porque aunque no los conozcamos ya nunca los vamos a olvidar. Lo que sucede con Fran Santana es lo mismo que sucede cuando abres una novela de Jim Thompson. No te darás cuenta y tendrás un nudo en la garganta. Sentirás un carrusel de emociones. 

Ediciones B publica esta novela, que tengo la suerte de poder convertir en guión de cine, junto a Marcel Ros. Una novela de película, de principio a fin. Una novela que empieza con la fiebre, y que acaba entrando bajo la piel de quien la lee con esa extraña sensación que dejan solo las grandes lecturas, las obras honestas, las páginas en las que alguien ha dejado un trozo de vida para dar voz al lado más oscuro, al vacío más débil, a la injusticia que todos debemos combatir.

Así que crucemos los dedos para que pronto, tras esta gran novela, podamos disfrutar de muchas más, con Yago como protagonista, o con otros personajes con los que Fran Santana sea capaz de volvernos a entretener, a deslumbrar, a recordar que aún es posible encontrar joyas que son necesarias porque no necesitan publicidad, porque la publicidad sólo existe para venderle a la gente lo que no necesita, y a las novelas que son necesarias quien ama la lectura siempre agradece llegar, las recomienda, las recuerda como lo que son, como esa bendita manía de contar, con la que el mundo es algo más habitable.

Por todo eso, y más, mil gracias, Fran Santana. Siga escribiendo. Siga siendo humilde y claro. Siga construyendo, palabra a palabra, más novelas como Los niños que ya no sonríen, porque quien es capaz de dar voz al silencio, puede deslumbrarnos como Chester Himes, que decía que toda violencia desorganizada es como un ciego con una pistola.

¿Qué harías tú por tu hij@?